Desde la Unión de Juventudes
Comunistas de España queremos declarar nuestro más absoluto rechazo a la
nueva intervención imperialista en la región africana. Nuevamente una
antigua metrópoli colonial, esta vez Francia, ha decidido lanzar una
intervención bajo la excusa de la “lucha contra el terrorismo” con la
complacencia de la ONU y el resto de potencias imperialistas.
Esta nueva intervención tiene conexión
directa con la guerra desatada en 2011 contra el pueblo de Libia y con
la agudización de la crisis sistémica del capitalismo que está afectando
cada vez con más fuerza a la Unión Europea (UE), inclusive a aquellos
estados que están en la cúspide de esta unión imperialista interestatal.
Dicha conexión se establece en el marco
de la estrategia general del imperialismo que, ante la crisis económica,
precisa de la guerra como instrumento para la reactivación del ciclo de
acumulación económica, para la rapiña de recursos naturales, y para la
dominación de mercados, todo esto fundamental para su existencia.
Esta estrategia tiene su plasmación en
la realidad a través de su actuación como “bombero pirómano” que se
sirve de la desestabilización para justificar su intervención. Así, los
arsenales que las potencias imperialistas suministraron a los “rebeldes”
libios, han alimentado los arsenales de numerosos grupos irregulares de
base religiosa, que son los que han generado la dramática situación
existente en Mali.
El imperialismo se sirve de dichos
grupos a los que dice combatir pero a los que realmente ha fomentado, y
cuyo resultado se expresa en la muerte y destrucción de la población y
las infraestructuras ya de por si mínimas del estado africano, que se
verán aún más afectadas con la entrada de la maquinaria bélica
franco-europea.
El objetivo real es fragmentar el país
para aumentar su control y apropiarse de sus recursos completando el
dominio geoestratégico del norte de África y extendiéndolo hacia el
centro del continente. Cabe destacar que Mali es uno de los países más
pobres de África, con más del 80% de su población bajo el umbral de la
pobreza y con una esperanza de vida por debajo de los 50 años. En
contraposición, es el tercer país productor de oro del continente, posee
una gran reserva de un recurso estratégico como el Uranio, y en los
últimos años ha iniciado prospecciones ante las posibilidades de
contener petróleo bajo su subsuelo.
Especialmente peligroso es el papel
interesado de Marruecos, país imperialista subordinado a EEUU y la UE,
que espera sacar tajada de esta situación de inestabilidad a fin de
perpetuar su dominio sobre el Sahara Occidental y extender sus redes de
tráfico de drogas, fomentando al mismo tiempo los ataques contra la
república Saharaui como ya ha advertido el Frente Polisario. Además, es
precisamente este país, junto con Arabia Saudita, Kuwait y Qatar, quien
está financiando a los grupos islamistas.
Asimismo, otras potencias imperialistas
han mostrado su interés en sumarse a la intervención. La OTAN y los EEUU
planifican ya junto con Reino Unido y Alemania su participación en la
nueva guerra imperialista. En especial EEUU, que necesita ampliar su
capacidad de acción hacia África a través del AFRICOM, que aún no tiene
una base física en el continente con capacidad operativa, pero que cada
día le es más necesaria para frenar y competir el avance de China en el
continente.
En base a esto, desde la UJCE declaramos:
- Nuestro profundo rechazo a cualquier
intervención militar sea bajo el argumento que sea. Las guerras están
creadas por las potencias imperialistas, siendo éstas las únicas
beneficiarias. El argumento de la “guerra contra el terrorismo” y de la
“seguridad”, son argumentos falsos de los que se sirve el imperialismo
para justificar su acción.
- Nuestro rechazo absoluto a cualquier participación del estado español en esta nueva guerra imperialista.
- Nuestro rechazo al papel que juega
Naciones Unidas como aval justificador de las intervenciones
imperialistas, como lo demuestra la resolución 2071 de 12 de Octubre de
2012 en la que se ampara esta intervención.
- Nuestra denuncia de la actuación del
gobierno socialdemócrata de François Hollande, el cual se autoproclamo
como un “cambio”, cuando en la práctica económica y política nacional e
internacional, es otro partido sumiso al orden capitalista y a los
planes del imperialismo y los monopolios.
- Consideramos que al concepto de
seguridad, promovido por el imperialismo, debemos contraponer el
concepto de la seguridad para los pueblos, que solo vendrá de la
supresión de la desigualdad, la miseria y la pobreza, y otros fenómenos
sociales creados por el capitalismo.
- Reafirmamos nuestra posición
internacionalista y solidaria con los pueblos de África en su voluntad
de desprenderse de los lazos de dominación neocoloniales e
imperialistas, siendo esta la única vía posible para un desarrollo
social que garantice las condiciones de vida adecuadas para los pueblos
de África.
Por la paz con justicia social y el desarrollo social sin injerencias de ningún tipo. ¡Alto a la intervención imperialista!
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